Monday, December 17, 2007


Las "maras" adoptan bajo perfil, Pero siguen cometiendo delitos

Los asesinatos en Guatemala, que grupos de derechos humanos han calificado de campaña de limpieza social, y las leyes antimaras de Honduras y El Salvador hicieron que los pandilleros adoptaran un perfil bajo y métodos más sofisticados para delinquir."Ahora van bien planchados, con su camisa limpia pero igual nos cobran el impuesto (extorsión), igual arman las balaceras. Acá se oyen tiros todos los días", dijo a la AP Aura Escobar, una residente del barrio El Mezquital donde recientemente el gobierno emprendió una campaña para limpiar las paredes de los graffitis de las pandillas.También las formas de delinquir han evolucionado. Sammy Rivera, asesor de seguridad de la Sección Antinarcóticos de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala dijo que tienen información sobre que los pandilleros reclutan "gente con estudios de bachillerato y universidad".Ingrid Vicente Rodríguez, una mujer que dejó a su esposo, su trabajo en el gobierno, sus estudios de leyes y a sus hijos para seguir a un pandillero es uno de esos casos. Con su ayuda, dice, las pandillas de la peligrosa zona de Villa Nueva, encontraron nuevas formas de delinquir."Ellos son unos muchachos sin experiencia de lo que se puede hacer. Con todo lo que yo sabía, los sacaba de presos, me ganaba dinero fácil. Si el juez me pedía 1.000 quetzales (de soborno), les decía que eran 3.000 (unos 400 dólares) y ellos me los daban... no sabían ni manejar ni carro ni moto yo les enseñé a todos a manejar", dijo Vicente Rodríguez en una entrevista con la AP. Esta ex pandillera es ahora testigo protegido en un caso que se lleva contra unos pandilleros."Si de una extorsión, salían 40.000 quetzales (unos 5.300 dólares) al mes, a mi y otros dos personas que somos estudiados, nos tocaban unos 10.000 (unos 1.300 dólares) ", añadió.Además de sus estudios, tenía en su favor, no parecer pandillera. "Así me era muy fácil traer armas de El Salvador, ya con eso me ganaba 5.000 quetzales (unos 660 dólares) en un día", recuerda al referirse cómo sus actividades criminales le reportaban mucho más de lo que podía ganar como recepcionista en el Ministerio de Finanzas o si hubiera concluido sus estudios para convertirse en abogada.Vicente Rodríguez dejó la pandilla tras el nacimiento de su hijo. Abandonar esa organización le costó que los mareros mataran a su hermano y, luego, a su compañero sentimental.La ex pandillera y los policías que la contactaron para convertirla en testigo protegido, aseguran que ella fue de las primeras perosonas con estudios en formar parte de una mara. Ella entró a la clica (célula) "Coronados Locos" de Ciudad del Sol en Villanueva en 2002.Ahora, explica, la mayoría de pandillas han adoptado el modelo de contar con pandilleros o, al menos, asesores con estudios secundarios o de universidad.
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