El lodo trastorna la vida de los vecinos en provincia Barahona
Cerca de dos semanas después del paso de la tormenta tropical Noel, las viviendas de distintas comunidades de la región suroeste continúan bajo el lodo que arrojó el río Yaque del Sur.
Una gran parte de los barrios en las comunidades de Polo y Cristóbal están inundados y sus moradores ubicados en refugios.
La mayor parte de la población de este lugar comenzó a regresar a sus casas para reanudar su ritmo de vida.
Hombres y mujeres, ancianos y niños, con escobas, latas y palas en las manos participan en una jornada familiar de limpieza, labor que se dificulta por la escasez de agua.
Brigadas de hombres al servicio de los ayuntamientos locales y otras instituciones estatales, auxiliados por palas mecánicas, gredars y otros vehículos pesados, ayudan en la tarea, pero por la magnitud del trabajo resulta insuficiente. “Aquí no tenemos camas donde dormir porque se llenaron de lodo.
No tenemos nada, el agua nos dañó los trastes”, dijo la señora Manuela Rafaela Novas, mientras limpiaba su vivienda. Cientos de familias perdieron todos sus ajuares cuando las aguas se introdujeron en sus viviendas. Las pérdidas se calculan en varios millones de pesos.
“La situación de nosotros es muy precaria; el agua de la laguna (Rincón) nos destruyó todo y aún está metida en las casas. El gobierno está haciendo muy poco por nosotros”, dijo Bolívar Cuevas, al narrar la situación en la comunidad Cristóbal.
Explicó que con las muertes por ahogamiento de unas 80 vacas y otros animales, se han contaminadolas aguas que hoy están dentro de la comunidad, lo que podría desatar brotes de enfermedades. El lodo también tiene “tapadas” miles de tareas de tierra sembradas de plátanos, sobre todo en las comunidades de influencia del río, como Tamayo, Uvilla, El Jobo, Canoa, Fundación, Palo Alto, Cabral y El Peñón.
El presidente Leonel Fernández tiene previsto visitar hoy jueves las provincias Barahona y Baoruco para contactar con sus moradores los daños causados por la tormenta. Instituciones como la Comisión Nacional de Fronteras, que dirige Virgilio Bautista, han enviado equipos para recoger “el fango” que prácticamente mantiene atrapadas a las poblaciones.