Por eso sus enemigos precisaban eliminarlas, por luchar sin cansancio y querer contagiar a todos con su irrenunciable determinación; por remover los cimientos de una sociedad que por años miró aletargada cómo la tiranía pintaba con sangre y terror sus designios.
A punta de bayoneta, el “generalísimo” intentó cercarlas en su oscuro repertorio y someterlas a sus sádicos caprichos. Pero no lo logró. A Minerva, Patria y María Teresa Mirabal no pudo atrincherarlas, no pudo hacer con ellas lo que durante 30 años hizo con un pueblo que hoy recuerda su existencia sólo para reivindicar el espíritu batallador que inspiró el ideal de las sacrificadas mariposas.
Hoy es el aniversario número 47 del asesinato de estas tres mujeres, nacidas y criadas en la provincia Salcedo, recientemente bautizada como Hermanas Mirabal. La historia dominicana recoge la funesta ocasión en que el vehículo que las llevó a visitar a sus presidiarios esposos, conducido por Rufino de la Cruz, alegadamente “se accidentó” en la carretera que conduce a Puerto Plata.
La desgracia atrapó a las tres hermanas cuando regresaban de la cárcel de Puerto Plata. Allí guardaban prisión sus cónyuges Pedro González Cruz, Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) y Leandro Guzmán Rodríguez, también rivales del tirano y miembros del Movimiento 14 de Junio.
Algunos historiadores coinciden en señalar que su muerte fue producto de un plan que envolvía trasladar a estos hombres desde el penal La Victoria a la penitenciaría de Salcedo y posteriormente a Puerto Plata.
De esta forma, el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), principal órgano represivo del gobierno trujillista, tendría menos inconvenientes en materializar en un área relativamente desierta la encomienda de aniquilar a las hermanas abiertamente opositoras al sangriento régimen.
Cada una de estas mujeres encierra un historial que particularizaba su estilo y vocación revolucionaria, aunque con elementos comunes que marcaron su férreo antagonismo al dictador. Patria era la mayor. Hay quienes aseguran que el proyecto 14 de Junio se incubó en su residencia, el 10 de enero del 1960. Nació el 27 de febrero del 1924, día de la Independencia Nacional, de ahí el origen de su nombre. Minerva era la segunda. Estuvo presa en cuatro ocasiones.
En el fragor de la lucha contra el “jefe”, propuso en 1959 la creación de un grupo político-militar antitrujillista.
Nacida el 12 de marzo de 1927, siempre estuvo en primera fila en los propósitos del 14 de Junio por reestablecer el mutilado orden democrático en la época del tirano. A María Teresa, la menor de las tres, se le recuerda por su estrecha colaboración con el movimiento. Estuvo presada varias veces en cárcel “La 40”. Nació el 15 de octubre del 1935.
Cifras rojas en efeméride
La muerte trágica de las hermanas Mirabal es recordada en el marco del Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el 1999.
La fecha sorprende a la sociedad dominicana con estadísticas que registran la comisión de 143 feminicidios, hasta el pasado mes de octubre. La cifra no deja de ser escandalosa, aunque las autoridades resalten que se trata de ocho casos menos con relación a igual período del 2006.
Ese año perdieron la vida 151 damas de manos de sus compañeros y “enamorados” en arranques de celos.
Organizaciones comprometidas con programas que procuran evitar sucesos que impliquen la muerte violenta de mujeres ven estos episodios como la peor manera de enaltecer la decisión de tres hermanas que ofrendaron sus vidas por la libertad y los mejores intereses del pueblo.
La semana pasada el Gobierno quiso ennoblecer el gesto de estas mártires designando con el nombre Hermanas Mirabal la provincia que se llamaba Salcedo. Ya antes había dispuesto que los nuevos billetes de 200 pesos llevaran impresos sus fotografías.
A punta de bayoneta, el “generalísimo” intentó cercarlas en su oscuro repertorio y someterlas a sus sádicos caprichos. Pero no lo logró. A Minerva, Patria y María Teresa Mirabal no pudo atrincherarlas, no pudo hacer con ellas lo que durante 30 años hizo con un pueblo que hoy recuerda su existencia sólo para reivindicar el espíritu batallador que inspiró el ideal de las sacrificadas mariposas.
Hoy es el aniversario número 47 del asesinato de estas tres mujeres, nacidas y criadas en la provincia Salcedo, recientemente bautizada como Hermanas Mirabal. La historia dominicana recoge la funesta ocasión en que el vehículo que las llevó a visitar a sus presidiarios esposos, conducido por Rufino de la Cruz, alegadamente “se accidentó” en la carretera que conduce a Puerto Plata.
La desgracia atrapó a las tres hermanas cuando regresaban de la cárcel de Puerto Plata. Allí guardaban prisión sus cónyuges Pedro González Cruz, Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) y Leandro Guzmán Rodríguez, también rivales del tirano y miembros del Movimiento 14 de Junio.
Algunos historiadores coinciden en señalar que su muerte fue producto de un plan que envolvía trasladar a estos hombres desde el penal La Victoria a la penitenciaría de Salcedo y posteriormente a Puerto Plata.
De esta forma, el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), principal órgano represivo del gobierno trujillista, tendría menos inconvenientes en materializar en un área relativamente desierta la encomienda de aniquilar a las hermanas abiertamente opositoras al sangriento régimen.
Cada una de estas mujeres encierra un historial que particularizaba su estilo y vocación revolucionaria, aunque con elementos comunes que marcaron su férreo antagonismo al dictador. Patria era la mayor. Hay quienes aseguran que el proyecto 14 de Junio se incubó en su residencia, el 10 de enero del 1960. Nació el 27 de febrero del 1924, día de la Independencia Nacional, de ahí el origen de su nombre. Minerva era la segunda. Estuvo presa en cuatro ocasiones.
En el fragor de la lucha contra el “jefe”, propuso en 1959 la creación de un grupo político-militar antitrujillista.
Nacida el 12 de marzo de 1927, siempre estuvo en primera fila en los propósitos del 14 de Junio por reestablecer el mutilado orden democrático en la época del tirano. A María Teresa, la menor de las tres, se le recuerda por su estrecha colaboración con el movimiento. Estuvo presada varias veces en cárcel “La 40”. Nació el 15 de octubre del 1935.
Cifras rojas en efeméride
La muerte trágica de las hermanas Mirabal es recordada en el marco del Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el 1999.
La fecha sorprende a la sociedad dominicana con estadísticas que registran la comisión de 143 feminicidios, hasta el pasado mes de octubre. La cifra no deja de ser escandalosa, aunque las autoridades resalten que se trata de ocho casos menos con relación a igual período del 2006.
Ese año perdieron la vida 151 damas de manos de sus compañeros y “enamorados” en arranques de celos.
Organizaciones comprometidas con programas que procuran evitar sucesos que impliquen la muerte violenta de mujeres ven estos episodios como la peor manera de enaltecer la decisión de tres hermanas que ofrendaron sus vidas por la libertad y los mejores intereses del pueblo.
La semana pasada el Gobierno quiso ennoblecer el gesto de estas mártires designando con el nombre Hermanas Mirabal la provincia que se llamaba Salcedo. Ya antes había dispuesto que los nuevos billetes de 200 pesos llevaran impresos sus fotografías.