El dilema de los artistas urbanos en RD
A pesar de que han salido de la calle para imponerse y trascender estos exponentes se han quedado en el manejo anticuado y callejero.
Es justo reconocer que El Lápiz, Jo-A y Vakeró actuaron en un escenario y público divorciados totalmente de quienes dan seguimiento a sus propuestas, con actuaciones deslucidas que dejaron muy mal parados al rap y el hip hop hecho por dominicanos.
Y es que a pesar de que estos géneros "urderground" han salido de la calle para imponerse y trascender en el negocio del espectáculo tradicional, sus exponentes se han quedado en el manejo anticuado y callejero.
La actuación de El Lápiz, uno de los raperos esperados con mucha expectativa no cumplió el rol llamado a desempeñar cuando fue presentado junto a Tulile.
Al verse ante un público con el que no se había enfrentado hasta ese momento lo hizo flaquear, convirtiendo esta primera actuación en un bumerang que podría deslucir sus otros compromisos en esta ciudad.
Sus manejadores deben trabajar más en el dominio escénico de El Lápiz si es que tienen como norte convertirlo en un intérprete de permanencia en el negocio del espectáculo, de lo contrario su presencia será tan efímera como su actuación en el Teatro United Palace.
Tras Tulile concluir su actuación El Lápiz regresó a escena para interpretar un tema junto a Jo-A, momento que aprovechó éste para descarga toda su energía y opacar al primero.
Un grupo pequeño de seguidores de ambos se apostó frente al escenario, pero la actuación resultó flemática y poco artística.
Ambos llegaron con un grupo de amigos que ocuparon el escenario, obligando a la seguridad del evento intervenir para evitar que aquello se convirtiera en un desorden.
Esto le resta vistosidad a sus propuestas y dice mucho de la desorganización que prima en sus proyectos.
Desacertada actuación
No se entendió que concluída la actuación de Héctor Acosta, protagonista del evento, subiera a escena Vakeró quien pasó por la amarga experiencia de ver cuando el público se marchaba en medio de su actuación.
Cuando el intérprete cumplía con su compromiso más de diez personas llegaron con él al escenario y se llegó a pensar que eran coristas y bailarines que lo acompañarían.
Eran amigos del intérprete que tuvieron que ser bajados del escenario por la seguridad de lugar. El Torito terminó en show.
F/ElNacional