Asesinan corresponsal del Washington Post en Bagdad, 118 periodistas han caído en la guerra
El reportero que cayó en la misma zona donde también fue abatido un reportero del The New York Times, fue abatido en el suroeste de la capital iraquí y se convierte en el primer corresponsal del rotativo que es asesinado durante la guerra de Irak.
Salih tenía 32 años de edad y realizaba una investigación sobre la violencia que abate al barrio de Sadiyah, cuando fue impactado por un balazo en la cabeza, detalla el Washington Post. Según testigos que presenciaron su caída, el comunicador fotografiaba una calle en la que se habían incendiado varias viviendas y fue en ese momento que acusó el balazo que le cegó la vida instantáneamente.
El jefe del buró de redactores del Post en Bagdad Sudarsan Raghavan dijo que Salih Saif Aldin, fue un valiente “más allá de lo imaginable” que estaba dispuesto a descubrir la verdad y recordó que el joven reportero abatido realizó una contribución clave para el diario estadounidense sobre la guerra de Irak.
Con la muerte del reportero, suman 118 los periodistas abatidos en el frente de la guerra de Estados Unidos contra Irak que comenzó en marzo del año 2003, según estadísticas del Comité de Protección a los Periodistas (CPJ, inglés) que tiene sede en Nueva York.
La mayoría de los medios internacionales que dan cotidiana cobertura al conflicto, dependen de las contrataciones de reporteros locales para el seguimiento de las noticias.
Aldin estaba divorciado y deja en la orfandad a Fátima su hija de seis años de edad. Comenzó a trabajar para el Washington Post a comienzos del año 2004 en su ciudad natal de Tikrit en el Norte de Bagdad y se trasladó posteriormente a la capital Irak, después que fuera amenazado de muerte en su propio pueblo.
“Nuestro corresponsal siempre permaneció imbatible al desaliento frente a los peligros de Bagdad”, sostiene el Washington Post.
El subdirector del periódico David Hoffman dijo que la pérdida de Saif le recuerda el papel preponderante que los periodistas iraquíes están jugando en la cobertura de la guerra y los inmensos sacrificios que han hecho para que se pueda entender su trabajo.
“Lloramos su muerte y la de todos los periodistas iraquíes y de otras nacionalidades que han fallecido en el conflicto dando muestras de coraje en búsqueda de la verdad”, concluyó Hoffman. El área en la que el reportero trabajaba la investigación está dominada por las milicias chiítas “Ejército Mahdi” que se atribuyó su asesinato, agrega el Post en la crónica sobre la muerte del corresponsal.
Oficiales de la policía iraquí dijeron que creen que un militante de una nueva célula denominada “Concilio del Despertar” y que está alineada con el ejército de Estados Unidos, fue quien hizo el disparo fatal contra el periodista. Algunos residentes del barrio donde cayó Saif sostienen que la policía iraquí es la responsable de su asesinato por haber infiltrado esas milicias.
En abril del año 2003 Michael Kelly columnista del mismo periódico, murió en Irak cuando un vehículo Humvee se volcó en un canal. El reportero del The New York Times Khalid Hassan, fue asesinado a balazos en julio de este año. De los 118 periodistas caídos en Irak, 100 son iraquíes.
El periodista asesinado estudiaba en el colegio de lenguas de la Universidad de Bagdad y después de graduarse comenzó a trabajar como corresponsal de dos diarios de Irak, uno editado en árabe y otro en inglés.
Salió de su pueblo natal después que el Post se lo pidiera, posterior a la publicación de un reportaje en el que demostraba que oficiales de Trikriti, escaparon del palacio de Saddam Husseim con un botín. Luego apareció un anuncio en forma de un billete de $50,000 dólares con la fotografía del rostro del corresponsal y esa cantidad se ofrecía como recompensa por su vida.
Generalmente viajaba solo cruzando los barrios más peligrosos de Bagdad después de haberse mudado a la capital. Uno de sus reportajes los realizó en el llamado “Triángulo de la Muerte” donde entrevistó a vecinos de una niña de 14 años que había sido secuestrada y asesinada por soldados americanos.
Antes de partir al lugar donde fue asesinado, el chofer del Post le pidió que se cuidara y le dijo: “Aquí no es bueno, pero estamos con Dios” y relató que el reportero contestó: “Muhammad es el profeta de Dios”. El chofer le repitió dos veces que se cuidara y las palabras finales del periodista fueron: “Si Dios quiere”.