Seis dominicanos -5 hombres y 2 mujeres - fueron escogidos como delegados judiciales del partido Demócrata en el distrito 72 que abarca gran parte de ese territorio, principalmente en los linderos de las áreas de Marble Hill e Inwood en las elecciones primarias del partido opositor celebradas el pasado 17 de septiembre y en la que se compitió por el control del liderato interno de la organización estadounidense.
Algunas de las figuras que ahora emergen como nuevos representantes en las esferas políticas locales y nacionales de la dominicanidad, habían anteriormente corrido para otras posiciones, pero nunca antes habían sido electos.
Entre ellos está Rubén Darío Vargas, quien después de batirse contra el poder de la llamada “Maquinaria Demócrata” en varias contiendas que postulaban diferentes posiciones, logró ser apoyado por parte de los electores.
Vargas, al igual que los demás, resultó electo Delegado Judicial del partido Demócrata, una función que es honorífica, pero que tiene el poder de escoger a los aspirantes a candidatos a jueces en los distintos sistemas judiciales del estado y el municipio como son la Suprema Corte, la corte de familia, de comercio, civil, vivienda, pequeños reclamos y apelaciones.
Junto a Vargas, que obtuvo oficialmente 570 sufragios, fueron escogidos por los votantes a la misma posición los dominicanos Ricardo Ureña (641 votos), Marina Torres (773 votos), Diógenes Perdomo (913 votos), Evelyn Linares (1,210 votos).
Como representante del partido ante el Comité de Condado fue electo el señor Sosa A. Jiménez que contaba con el respaldo de Vargas en su campaña.
De igual modo, el concejal Miguel Martínez que se postuló a dos posiciones (Líder de Distrito) y Delegado Judicial, consiguió para la segunda posición 1,825 votos, siendo el más votado de todos.
Los siete dominicanos seleccionados por los votantes formaban parte de un grupo de 24 aspirantes, entre los cuales estaban anglosajones y afro americanos.
En las elecciones también se votó por el liderazgo distrital demócrata en las partes A y B en las que se impusieron en el área femenina Mayra Linares con 829 votos contra su contendiente Judith N. Amaro que obtuvo 321 votos.
En el área masculina, el también asambleísta Adriano Espaillat fue electo como líder de distrito con 1,072 votos, contra Kevin Campbell que sacó 321. En la parte B para la mima posición (femenina) María Morillo se impuso a Albania López con 945 votos contra 839, mientras que Yocasta Sosa consiguió 170 papeletas y Francia Rodríguez 80.
El concejal Martínez que también postuló a líder de distrito alcanzó 1,609 votos contra 214 de su oponente Wigberto Astacio.
Para los analistas y observadores locales, la victoria de Morillo sobre López, simboliza una contundente derrota para el concejal Martínez. Morillo fue impulsada y apoyada por Espaillat y Albania por Miguel.
La campaña previa a las elecciones ha sido considerado a su nivel como una de las agresivas y fieras de las últimas décadas a lo interno de los demócratas y fue visible el enfrentamiento entre Martínez y Espaillat, quienes después de ser como “uña y dedo” en procesos anteriores, se dividieron políticamente, formando cada uno tienda aparte y ahora, encarnizan la disputa por el control de los mecanismos de dirección partidaria en el Alto Manhattan.
Una inusual inversión económica que bordeó en ambos lados los $50 mil dólares fue hecha y el activismo recobró el frenesí con el que los dominicanos politizados acostumbran a dirimir sus diferencias.
- Por Miguel Cruz Tejada
Algunas de las figuras que ahora emergen como nuevos representantes en las esferas políticas locales y nacionales de la dominicanidad, habían anteriormente corrido para otras posiciones, pero nunca antes habían sido electos.
Entre ellos está Rubén Darío Vargas, quien después de batirse contra el poder de la llamada “Maquinaria Demócrata” en varias contiendas que postulaban diferentes posiciones, logró ser apoyado por parte de los electores.
Vargas, al igual que los demás, resultó electo Delegado Judicial del partido Demócrata, una función que es honorífica, pero que tiene el poder de escoger a los aspirantes a candidatos a jueces en los distintos sistemas judiciales del estado y el municipio como son la Suprema Corte, la corte de familia, de comercio, civil, vivienda, pequeños reclamos y apelaciones.
Junto a Vargas, que obtuvo oficialmente 570 sufragios, fueron escogidos por los votantes a la misma posición los dominicanos Ricardo Ureña (641 votos), Marina Torres (773 votos), Diógenes Perdomo (913 votos), Evelyn Linares (1,210 votos).
Como representante del partido ante el Comité de Condado fue electo el señor Sosa A. Jiménez que contaba con el respaldo de Vargas en su campaña.
De igual modo, el concejal Miguel Martínez que se postuló a dos posiciones (Líder de Distrito) y Delegado Judicial, consiguió para la segunda posición 1,825 votos, siendo el más votado de todos.
Los siete dominicanos seleccionados por los votantes formaban parte de un grupo de 24 aspirantes, entre los cuales estaban anglosajones y afro americanos.
En las elecciones también se votó por el liderazgo distrital demócrata en las partes A y B en las que se impusieron en el área femenina Mayra Linares con 829 votos contra su contendiente Judith N. Amaro que obtuvo 321 votos.
En el área masculina, el también asambleísta Adriano Espaillat fue electo como líder de distrito con 1,072 votos, contra Kevin Campbell que sacó 321. En la parte B para la mima posición (femenina) María Morillo se impuso a Albania López con 945 votos contra 839, mientras que Yocasta Sosa consiguió 170 papeletas y Francia Rodríguez 80.
El concejal Martínez que también postuló a líder de distrito alcanzó 1,609 votos contra 214 de su oponente Wigberto Astacio.
Para los analistas y observadores locales, la victoria de Morillo sobre López, simboliza una contundente derrota para el concejal Martínez. Morillo fue impulsada y apoyada por Espaillat y Albania por Miguel.
La campaña previa a las elecciones ha sido considerado a su nivel como una de las agresivas y fieras de las últimas décadas a lo interno de los demócratas y fue visible el enfrentamiento entre Martínez y Espaillat, quienes después de ser como “uña y dedo” en procesos anteriores, se dividieron políticamente, formando cada uno tienda aparte y ahora, encarnizan la disputa por el control de los mecanismos de dirección partidaria en el Alto Manhattan.
Una inusual inversión económica que bordeó en ambos lados los $50 mil dólares fue hecha y el activismo recobró el frenesí con el que los dominicanos politizados acostumbran a dirimir sus diferencias.
- Por Miguel Cruz Tejada