"Me siento agradecido de ser un testigo de la historia. Ha sido la alegría y el honor de mi vida", dijo Rove en el jardín de la Casa Blanca al hacer el anuncio, mientras el presidente lo observaba con rostro adusto.
"Considero a Karl Rove un querido amigo", señaló Bush. Rove hablaba con su voz en ocasiones temblorosa.
Rove se incorpora a una larga lista de importantes funcionarios que están abandonando a Bush cuando le queda un año y medio en el cargo. Sin embargo, con excepción del vicepresidente Dick Cheney, no hay otro personaje del entorno de Bush que tenga el peso político de Rove.
En una entrevista que le hizo The Wall Street Journal, Rove se mostró tan optimista como durante toda su carrera. Pronosticó que Bush recuperará su popularidad, que se ha hundido al nivel más bajo de todo presidente norteamericano, inclusive Richard Nixon en la etapa final del escándalo Watergate, debido a la invasión de Irak y a la inacabable violencia tanto en esa nación árabe como en Afganistán.
Según dijo Rove, las condiciones en Irak mejorarán. También pronosticó que los demócratas nominarán a Hillary Clinton y la calificó de una candidata "dura, tenaz" pero "con defectos insuperables".
Rove no se propone hacer campaña por candidato alguno en las elecciones presidenciales del 2008, dijo Tony Snow, secretario de prensa de la Casa Blanca.
Rove ha sido apodado "el arquitecto" y "niño genio" por el presidente, debido a que diseñó la estrategia que le permitió ganar en dos ocasiones la presidencia.
Durante meses, Rove estuvo bajo el escrutinio de un fiscal federal tras filtrarse el nombre de una agente encubierta de la CIA, pero nunca ha sido acusado de delito alguno. En una controversia más reciente, Rove, citando "el privilegio del poder ejecutivo", se negó a prestar testimonio ante el Congreso acerca del despido de varios fiscales federales. La oposición demócrata lo acusó de maniobrar para lograr el despido de esos fiscales porque estaban investigando a políticos republicanos.
Rove es famoso por su estilo despiadado en su pugna con rivales. Conoció a Bush a comienzos de la década del setenta, cuando ambos estaban en la veintena.
El funcionario dijo que había decidido abandonar su cargo luego que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Joshua Bolten, dijo que si altos asesores del presidente se quedaban luego del Día del Trabajo de este año --el 3 de septiembre--, estarían obligados a quedarse hasta el final de la presidencia, en enero del 2009.
"Obviamente es una gran pérdida para nosotros", dijo Dana Perino, la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca. "Es un gran colega, un buen amigo, una mente brillante. Se le extrañará mucho, pero sabemos que no se marcharía si no estuviera seguro de que es el momento adecuado para darle más tiempo a su familia, a su esposa Darby y a su hijo. Seguirá siendo uno de los amigos más grandes del presidente".
Desde que los demócratas ganaron el control del Congreso en noviembre, algunos altos funcionarios decidieron renunciar. Entre quienes han dejado el gobierno están el asesor de la Casa Blanca, Dan Bartlett, el director de presupuesto Rob Portman, la abogada de la Casa Blanca Harriet Miers, la directora de asuntos políticos Sara Taylor, el consejero adjunto en seguridad nacional J.D. Crouch y Meghan O'Sullivan, otra asesora adjunta en seguridad nacional que trabajó en Irak. El ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld fue forzado a dimitir inmediatamente después de las elecciones ante la impopularidad de la guerra en Irak.
Rove podría escribir un libro después de la renuncia.
"El ha estado conversando con el presidente durante largo tiempo _casi un año_ sobre cuándo podría ser bueno partir", dijo Perino. "Pero siempre sale un proyecto grande, y su habilidad estratégica _y nuestra necesidad de su apoyo_ lo mantiene aquí. El dijo que nunca hay un buen momento para irse, sólo el momento 'adecuado'".
"Considero a Karl Rove un querido amigo", señaló Bush. Rove hablaba con su voz en ocasiones temblorosa.
Rove se incorpora a una larga lista de importantes funcionarios que están abandonando a Bush cuando le queda un año y medio en el cargo. Sin embargo, con excepción del vicepresidente Dick Cheney, no hay otro personaje del entorno de Bush que tenga el peso político de Rove.
En una entrevista que le hizo The Wall Street Journal, Rove se mostró tan optimista como durante toda su carrera. Pronosticó que Bush recuperará su popularidad, que se ha hundido al nivel más bajo de todo presidente norteamericano, inclusive Richard Nixon en la etapa final del escándalo Watergate, debido a la invasión de Irak y a la inacabable violencia tanto en esa nación árabe como en Afganistán.
Según dijo Rove, las condiciones en Irak mejorarán. También pronosticó que los demócratas nominarán a Hillary Clinton y la calificó de una candidata "dura, tenaz" pero "con defectos insuperables".
Rove no se propone hacer campaña por candidato alguno en las elecciones presidenciales del 2008, dijo Tony Snow, secretario de prensa de la Casa Blanca.
Rove ha sido apodado "el arquitecto" y "niño genio" por el presidente, debido a que diseñó la estrategia que le permitió ganar en dos ocasiones la presidencia.
Durante meses, Rove estuvo bajo el escrutinio de un fiscal federal tras filtrarse el nombre de una agente encubierta de la CIA, pero nunca ha sido acusado de delito alguno. En una controversia más reciente, Rove, citando "el privilegio del poder ejecutivo", se negó a prestar testimonio ante el Congreso acerca del despido de varios fiscales federales. La oposición demócrata lo acusó de maniobrar para lograr el despido de esos fiscales porque estaban investigando a políticos republicanos.
Rove es famoso por su estilo despiadado en su pugna con rivales. Conoció a Bush a comienzos de la década del setenta, cuando ambos estaban en la veintena.
El funcionario dijo que había decidido abandonar su cargo luego que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Joshua Bolten, dijo que si altos asesores del presidente se quedaban luego del Día del Trabajo de este año --el 3 de septiembre--, estarían obligados a quedarse hasta el final de la presidencia, en enero del 2009.
"Obviamente es una gran pérdida para nosotros", dijo Dana Perino, la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca. "Es un gran colega, un buen amigo, una mente brillante. Se le extrañará mucho, pero sabemos que no se marcharía si no estuviera seguro de que es el momento adecuado para darle más tiempo a su familia, a su esposa Darby y a su hijo. Seguirá siendo uno de los amigos más grandes del presidente".
Desde que los demócratas ganaron el control del Congreso en noviembre, algunos altos funcionarios decidieron renunciar. Entre quienes han dejado el gobierno están el asesor de la Casa Blanca, Dan Bartlett, el director de presupuesto Rob Portman, la abogada de la Casa Blanca Harriet Miers, la directora de asuntos políticos Sara Taylor, el consejero adjunto en seguridad nacional J.D. Crouch y Meghan O'Sullivan, otra asesora adjunta en seguridad nacional que trabajó en Irak. El ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld fue forzado a dimitir inmediatamente después de las elecciones ante la impopularidad de la guerra en Irak.
Rove podría escribir un libro después de la renuncia.
"El ha estado conversando con el presidente durante largo tiempo _casi un año_ sobre cuándo podría ser bueno partir", dijo Perino. "Pero siempre sale un proyecto grande, y su habilidad estratégica _y nuestra necesidad de su apoyo_ lo mantiene aquí. El dijo que nunca hay un buen momento para irse, sólo el momento 'adecuado'".