SANTO DOMINGO, DN. (República Dominicana).- Cuando Martha (nombre ficticio) decidió unir su vida a su pareja nunca imaginó que el destino le deparaba la difícil situación por la que atraviesa en la actualidad.
Hoy, tiene la dolorosa tarea de criar a tres niños infectados con el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana). "La bebé tiene un año y 11 meses y hace más de un año que descubrimos que tenía el virus”, narra refiriéndose a la menor de sus tres hijos.
“Ella estuvo un mes interna un poco después de descubrirle el virus”, agrega la señora, mientras la niña, envuelta en la inocencia e indiferente a la cruda verdad, sonríe, llama a “mami”, y juega con todo el que se encuentra a su alrededor.
Cada cierto tiempo, la mujer, de unos 32 años, que también padece la enfermedad, acude al Hospital Infantil Robert Reid Cabral en busca de una ayuda para alargar la vida del bebé.
En su hogar le esperan sus otros dos retoños, quienes no escapan de la realidad que arropa a la familia.
Sin embargo, no sólo ellos son parte del cuadro del VIH en el país, otros miles de niños también lo padecen. Aunque los datos son inexactos, de acuerdo con el Consejo Presidencial del Sida (COPRESIDA), el número se acerca a los 5,000 infectados.
“Se habla de que en República Dominicana, la población infantil viviendo con VIH es cerca de 2,000 a 2,500 niños (menores de 12 años). Ahora, menores de 18 años, la cifra va entre 4 y 5,000 personas”, explica Héctor Balcácer, del departamento de atención integral a las personas que viven con VIH, de COPRESIDA.De éstos, sólo unos 1,200 niños son seguidos clínicamente.
La familia de Roberto también tiene su historia, tan cruda como la de Martha. Su hogar cambió cuando hace unos años recibió la noticia de que su esposa y sus tres hijos estaban infectados.
Roberto asegura que está sano, pero desde entonces acude de manera religiosa con sus niños al Robert Reid Cabral donde los recibe Solange Soto, encargada de la Unidad de Atención Integral a Niños con VIH.
Allí, con un previo abrazo, la doctora atiende a cada uno de los menores, a los que además de medicamentos, les ofrece palabras de aliento.
Datos de COPRESIDA revelan que en la actualidad unos 390 niños infectados reciben seguimiento clínico en el centro de salud.
Otros 200 infantes se han desconectado del programa y apenas asisten de manera ocasional. “A veces pasan tres meses sin llegar a la unidad. Lo que estamos tratando de hacer ahora es hacerles visitas domiciliarias a esos pacientes”, explica la doctora Soto.
La Casa Rosada, Remar y el Hospital Infantil Arturo Grullón, de Santiago, son los otros centros infantiles que ofrecen asistencia a niños positivos de VIH.
Niños abandonados
En la mayoría de los casos los padres de los niños infectados también lo están. La presión que significa para una familia sobrellevar la crianza de los menores a veces resulta insoportable.
Muchos de estos pequeños son víctimas de abandono y tienen que pasar el resto de sus días en algún hospital o un hogar para menores desamparados. “Esos niños, una vez que son abandonados, los transferimos a los hogares del CONANI. Ese es un problema social que manejamos con relativa frecuencia en el hospital”, dice Emilio Mena Castro, director del Robert Reid Cabral. En el país viven en la orfandad 33 mil niños como consecuencia del VIH.
La transmisión a través de la madre es la más frecuente
El 90% de los niños con VIH se infecta durante el embarazo, el parto o el período de lactancia, de acuerdo con el infectólogo Balcácer. No obstante, una madre seropositiva tiene la posibilidad de alumbrar un bebé sano.
“Si tienes 100 mujeres VIH positivas, que están embarazadas, y no se hace nada, van a nacer 25 niños VIH positivos. Utilizando un solo medicamento, sometiéndolas a cesárea y suspendiendo la lactancia, se reduce el riesgo en alrededor de un 10 a un 12 por ciento”, explica el galeno. Con el mismo método, pero con la aplicación de tres antirretrovirales, las probabilidades se reducen a un uno por ciento, asegura.