No desearás el auto del prójimo
Como una contribución a las campañas internacionales de educación vial, la iglesia católica insta también a los conductores a rezar mientras están al volante y persignarse antes de emprender el viaje.
La guía está contenida en un documento de 36 páginas titulado "Pautas para el Cuidado Pastoral de la Carretera".
"Los autos no deberán ser para tí una expresión de poder y dominación, ni una ocasión de pecado", reza el quinto de los diez mandamientos contenidos en este trabajo preparado por el Concilio para los Pueblos Migrantes e Itinerantes que lidera el cardenal Renato Martino.
Pecado en la ruta o la ruta del pecado
Cuando en una conferencia de prensa se le pidió al prelado que diera explicaciones sobre este mandamiento, remitió la consulta a la sección del documento titulada "Vanidad y glorificación personal".
"Los autos se prestan particularmente para que sus propietarios los usen como modo de ostentación y como medio para eclipsar a otras personas y generar un sentimiento de envidia", dijo.
El Vaticano tiene un parque automotor de sólo mil vehículosSeguidamente puso como ejemplos de ocasión del pecado adelantarse a otro automóvil en la carretera en forma peligrosa o conductas relacionadas con la prostitución.
Evitarás los gestos rudos cuando estés al volante, no insultarás ni blasfemarás, no perderás el sentido de la responsabilidad, figuran entre los mandamientos, que según el documento, están orientados a evitar la "regresión psicológica" en la que incurren algunos automovilistas.
Paradoja
Según el cardenal Martino, era necesario que la Iglesia Católica se ocupara de este asunto ya que la educación vial es una parte importante de nuestra vida contemporánea.
"Sabemos que como consecuencia de transgresiones o negligencia, 1,2 millones de personas mueren cada año en las carreteras", explicó.
Paradójicamente, los problemas de los que se ocupa el documento, no demandan grandes preocupaciones en el Vaticano, el Estado soberano más pequeño del mundo.
Su parque automotor es de sólo mil automóviles y en ese territorio en el corazón de Roma, el límite de velocidad es de 30 kilómetros.
Aunque las estadísticas indican que el último accidente de tránsito se registró hace casi un año y medio provocando sólo daños menores, nada dicen acerca de violaciones al quinto mandamiento.