Tuesday, June 5, 2007

Critican a Gary Sheffield por comentarios contra latinos .
Sheffield le dijo a la revista GQ de junio que los peloteros latinoamericanos han reemplazado a los afroamericanos como la minoría más importante de las Grandes Ligas porque "los latinos son fáciles de manejar".
De acuerdo al razonamiento del doctor Sheffield, los dueños de equipos prefieren firmar latinos porque será más fácil manejarlos, algo poco probable con los jugadores de su raza.
"De donde yo vengo, tú no puedes controlarnos", dijo Sheffield, un nativo y residente de Tampa, Florida.
Bueno, la teoría me parece bastante interesante, pero lamentablemente es demasiado banal e ingenua para explicar un fenómeno tan impactante como que los peloteros latinoamericanos representan el 28.7 % de la población de Grandes Ligas.
Los latinoamericanos no solamente han sustituido a los afroamericanos como la minoría más grande, sino que además han reducido la ventaja de la dominante mayoría de los blancos, que actualmente se encuentra en 59.5%, uno de los porcentajes más bajo de la historia.
¿Me entiende Sheffield? Los latinos están desplazando a blancos y a todos los otros grupos. Solamente los asiáticos han aumentado (hasta un 2.1% actualmente) desde que los latinos declararon las Grandes Ligas como tierra ocupada. Más que un asunto racial o de lavado de cerebros, es un suceso puramente de negocios.
Los latinos ofrecen un talento comparable al de blancos y negros, pero a un precio más barato.
Cualquier chico, blanco o negro, que salga seleccionado entre los 10 mejores del sorteo colegial norteamericano, tiene asegurado un contrato millonario para pasar al profesionalismo. Aunque nunca llegue a pisar un estadio de Grandes Ligas. A pesar de que los bonos a los mejores talentos latinoamericanos han aumentado significativamente en los últimos años, aún distan mucho de los bonos que le dan a los prospectos norteamericanos.
Los lanzadores derechos Luke Hochevar (5.3 millones con Kansas City), Gregory Reynolds (3.5 millones con Colorado) y Brad Lincoln (2.7 millones con Piratas) y el antesalista Evan Longoria (3.0 millones con Tampa Bay) fueron los primeros cuatro del pasado sorteo colegial. Sus equipos debieron invertir más de 15 millones de dólares para firmarlos. Arizona pagó 6.1 millones para fichar al torpedero Justin Upton, el número uno del sorteo del 2005, y Tampa Bay otros 6.0 millones para atrapar al jardinero Delmon Young, el primero en el 2003.
Para firmar a Sammy Sosa, Pedro Martínez, Vladimir Guerrero, Miguel Tejada, Aramis Ramírez y José Guillén no se invirtió ni medio millón de dólares...¡entre todos!
La generalidad de los peloteros latinoamericanos no tiene acceso al gran dinero hasta que no se acercan a los años de arbitraje salarial y agencia libre, o sea, después que han probado su calidad en Grandes Ligas.
Sheffield puede tener algo de razón cuando dice que los peloteros latinoamericanos son más fáciles de manejar, porque después de todo, son inmigrantes necesitados y ansiosos por mejorar su futuro trabajando en un país ajeno.
Pero si los latinos no tuvieran el gran talento que poseen para jugar pelota, no es verdad que serían firmados basándose en estándares de docilidad y sumisión.
Tampoco serían tan atractivos si costaran igual de caros que los norteamericanos, blancos o negros.
Con respecto al papel de sumisos que le abroga Sheffield a los peloteros hispanos, quisiera creerle, pero evidentemente que el gran bateador de los Tigres confunde el término.
Respetuosos es una cosa, sumisos es otra. Martínez, Sosa, Pujols, Delgado, Rubén Sierra, Magglio Ordoñez, y otro centenar de nombres pueden ser considerados hombres respetuosos, pero de sumisos no tienen nada. Sheffield, lo siento, pero tú teoría no me convenció.
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