Monday, May 7, 2007

Viviendo conel enemigo....




Por Joseph Cáceres BARCELONA, España.‑ Desde los años setenta y durante el decenio de los ochenta me correspondió ser el presentador oficial del Carnaval del Merengue que José Tejeda organizaba en Radio City Music Hall, Lincoln Center y el Madison Square Garden, de la ciudad de Nueva York.
En la apertura siempre había que pedir el himno de los Estados Unidos de América y a seguidas las notas del himno dominicano.
Confieso que me sentía muy mal, porque cada vez que se escuchaba el himno de los Estados Unidos, gran parte del público lo abucheaba. En cambio aplaudiaban (y algunos hasta lloraban, por el desarraigo) cuando se escuchaban las notas del himno nuestro.
No me explicaba el sentimiento antinorteamericano de aquellos criollos que mientras disfrutaban de las ventajas de esa nación, no desaprovechaban la oportunidad para rechiflar y rechazar su himno, tocado en su territorio.
Me avergozaba por los sonidistas, tramoyistas, luminotécnicos, acomodadores norteamericanos que nos daban servicio en el teatro, que no hablaban español, pero si conocían el significado universal de un abucheo.
Recuerdo que una bonita chica "security" que estaba de servicio en el "back stage" me preguntó en inglés si yo podía explicarle la razón por la cual los dominicanos abucheaban el himno de su pais... y "me hice el loco" haciéndole creer que no la entendía, pero en realidad no sabía qué decirle.
Criticas "A la Parrilla"
Algo parecido acontece aquí en España, donde los dominicanos que se reunen en los clubes y restaurantes de comida criolla, miran muy mal y rechazan a los españoles que entran a esos lugares.
Los españoles van a los mismos detras de la bachata y el merengue, muchos de los cuales la han disfrutado en sus viajes a los resorts de la República Dominicana, pero los dominicanos los tratan muy mal, los hacen ir con sus modales y malas maneras.
Hemos indagado los motivos de tal comportamiento y la justificación es que lo hacen en respuesta a la actitud racista que se manifiesta aquí contra ellos.
"Si ellos no quieren saber de nosotros, los inmigrantes, no tenemos por qué permitirles que vengan a disfrutar de lo nuestro, de nuestra cultura", me explica una azuana que lleva cinco años residiendo en Madrid, y que forma parte de los centenares de criollos que se reunen siempre en los restaurantes y discotecas dominicanas en Cuatro Caminos.
El problema es que la mayoría de la gente nuestra que ha emigrado a España es de extracción social humilde y con un nivel de educación muy deficiente, lo cual les impide integrarse a la comunidad española.
Tanto los dominicanos de Nueva York como los de España, que rechazan la sociedad donde viven, se parecen a los señores de aquí que se oponen a corridas de toro por el sufrimiento del animal. Rechazan a los toreros porque sacrifican a los toros.
Pero, !vaya usted a ver!. Hacen sus críticas con la barriga llena de filetes Angus, churrascos, T‑Bone o Sirlon Steak

Fuente: El Nacional

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