Nueva York — Una fiesta de adolescentes terminó ayer en tragedia después que una niña quedara gravemente herida de bala durante una confrontación entre pandillas en El Bronx por un celular. Kirsys Rodríguez, de 12 años, continuaba ayer en condición crítica en el hospital Columbia Presbyterian a donde fue transferida después de ser intervenida quirúrgicamente en el hospital St. Barnabas donde había sido llevada inicialmente. “Afuera había un lío y se armó un tiroteo… No sé porqué fue”, dijo Franklin Romero, de 13 años, quien había sido invitado a la fiesta que se realizaba en el sótano del edificio localizado en el 2466 de la avenida Marion, en el área de Fortham.“Los morenos estaban buscando pelea, sí era entre pandillas los “Dominicans don’t Play”, pero no sé el nombre de los otros. En la calle gritaban mucho y hacían señales con la mano”, dijo Romero, quien aseguró que todos estaban en la misma fiesta.
Según la policía, el altercado se originó dentro de la fiesta por un celular y los involucrados salieron a la calle donde se produjo la balacera alrededor de las 3 p.m.
“Escuché una discusión entre un hombre y una mujer por un celular. Otra voz de hombre dijo que lo soltara y se alejara… Oí gritos y alguien dijo ‘Roberto’, momento después oí la balacera y las ambulancias”, dijo un testigo que no se quiso identificar.
Una de las balas alcanzó a Rodríguez en la espalda cuando corría precisamente frente a una iglesia localizada en la misma cuadra.
Pero la balacera no sorprendió a Alban Calderón ya que según él, el área es peligrosa y se encuentra desde drogas hasta prostitución.
La fiesta según algunos testigos, se realizó con el permiso del hijo del superintendente del edificio, pero el encargado no pudo ser localizado.
Con las botas todavía salpicadas con la sangre de Rodríguez, un hombre en el lugar del incidente esperaba encontrarse con los familiares de la pequeña víctima.
“Es terrible, estaba visitando a un amigo, cuando vi a dos niñas cargándola y de repente la soltaron aquí”, dijo un hombre que no se quiso identificar mientras señalaba la sangre ya seca de la menor. “Dedujo que estaba herida en la espalda porque se le veía mucha sangre en la parte trasera del pantalón, pero estaba inconsciente, así que la levanté y le dije a alguien que estaba en un auto que no podían esperar a que llegaran las ambulancias, sino que había que llevarla al hospital, y se la llevaron”.
Según el buen samaritano, todos corrían, pero él la ayudó porque tiene hermanos y hermanas menores, hasta una hija de tres años.
Después de haber corrido para salvarse de las balas, Romero regresó al lugar y alcanzó a ver cómo metían a su amiga herida al auto y corrió a avisar a la madre de la menor, según recordó ayer el joven que se veía lloroso. “Me siento muy mal porque la quiero mucho como a una hermana y ella no hizo nada malo para merecer esto”, dijo.
A pocas cuadras del lugar del incidente se encontraba ayer Abril Rodríguez, de 16 años, hermana de la víctima, esperando noticias de su hermana, quien asiste al séptimo grado en la escuela M.S. 45.
“Ella le pidió permiso a mi mamá y ella la dejó ir porque fue con nuestro hermano y unos amigos”, dijo la hermana, quien la describió como una niña muy activa que le gusta bailar, saltar cuerda y dibujar.
“Creo en Dios y sé que todo va a estar bien, que se va a mejorar”, dijo la hermana de la víctima.
Fuente: El Diario La Prensa.
