En el inmenso hotel-casino MGM Grand, el apostador ocasional se apura para definir su favorito en la pelea más esperada del año. Y como suelen hacerlo, se inclinan por el que les parece más simpático, en este caso el de la radiante sonrisa. Se trata de una situación extraña para Oscar De La Hoya, pero es algo que lo tiene sin cuidado. Quizás tenga que ver por la bolsa de 30 millones de dólares que recibirá por medirse con Floyd Mayweather en una megapelea que evoca la época dorada del boxeo.Los conocedores -los que apuestan en plan grande- lo harán con el favorito en este combate, en este caso Mayweather. Pero el apostador informal tiende a simpatizar con el boxeador que habla de sí mismo.Y De La Hoya es uno que se tiene más confianza en su capacidad y hace caso omiso de las apuestas."No se sorprendan si voy a ser más rápido que Mayweather", advirtió De La Hoya. "Esta pelea no llegará al límite".
Claro que se trata de bravuconadas, aunque un poco más insulsas con respecto a los insultos que ambos rivales se han lanzado mutuamente desde que se embarcaron en una gira promocional hace unos meses.Tras decirse de todo, la hora de la verdad ha llegado finalmente para De La Hoya y Mayweather."Esto no es golf. Esto no es tenis", dijo Mayweather. "Es un deporte brutal con sangre, sudor y lágrimas".Y mucho dinero de por medio. Tal es el caso de De La Hoya, uno de los boxeadores más taquilleros de la historia, al medirse ante un adversario que es considerado como el mejor peleador libra por libra del momento. Su combate podría ser el más rico en la historia de un deporte que presuntamente se encuentra en vías de extinción.
De La Hoya se embolsará la tajada más importante, porque después de todo es el "Golden Boy".
Además de ser la máxima atracción de la pelea, el púgil de ascendencia mexicana también funge como promotor y depositará en su cuenta bancaria el doble de lo que se llevará su invicto oponente.Mayweather tampoco está necesitado de dinero. No vacila en recordar que es dueño de una majestuosa mansión, conduce Bentleys y Maybachs, y tiene empleados para satisfacerle sus caprichos.Fue raro verlo con una camiseta que vale ocho dólares en una rueda de prensa esta semana, pero en su muñeca izquierda llevaba puesto un reloj de medio millón de dólares, la cadena en el cuello le costó 300.000 y un anillo que vale 200.000. Es decir, cargaba encima joyería por el orden del millón de dólares.También llevaba en su bolsillo un grueso fajo de billetes: "Unos 30.000", deslizó.Mayweather hizo méritos de sobra para recibir su bolsa, incluso antes de subirse al entarimado para desafiar a De La Hoya por el cetro junior mediano del CMB. No sólo es el boxeador más talentoso de su generación, sino que también es uno que ha generado tramas dignas de telenovela.La principal gira en torno a su relación con su padre, quien le enseñó a boxear y fue su preparador antes que tomaran caminos separados. Floyd acabó como entrenador de De La Hoya.Mayweather padre no está cumpliendo esa función en este combate, aunque el motivo no es amor paternal. De La Hoya no quiso pagarle los 2 millones de dólares que pidió para entrenarle.Padre e hijo se reunieron fugazmente, pero volvieron a apartarse cuando Floyd junior insistió en ser entrenado por su tío, Roger.Roger Mayweather lo pudo hacer al salir de la cárcel en marzo tras cumplir una sentencia de seis meses por violencia doméstica.El miércoles, Roger Mayweather estuvo sentado al lado de su pupilo, mientras que Floyd observaba entre la audiencia del Hollywood Theater. Floyd padre podrá presenciar la pelea porque De La Hoya le obsequió dos entradas de primera fila.Ello pareció irritar a Floyd hijo, quien dijo que a él le habría hecho feliz darle esas entradas a su padre."Tengo entradas de sobra para mi papá. Tengo un millón de dólares en entradas", afirmó. "Amo a mi papá".De La Hoya -casado con la cantante puertorriqueña Millie Corretjer- también adora a su familia, a decir de unas tiernas imágenes de vídeo que lo hacen ver más como un santo que un boxeador.De La Hoya no es el único envuelto en la promoción de una pelea que tiene patrocinadores para todo, incluyendo tequila.Pero nadie se sintió más honrado que José Sulaimán, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, quien se llevará una jugosa cantidad de dinero por avalar el combate.
ulaimán la comparó a históricas confrontaciones, como las dos que protagonizaron Joe Louis y Max Schmeling, claro esta sin los matices nazis.
Claro que se trata de bravuconadas, aunque un poco más insulsas con respecto a los insultos que ambos rivales se han lanzado mutuamente desde que se embarcaron en una gira promocional hace unos meses.Tras decirse de todo, la hora de la verdad ha llegado finalmente para De La Hoya y Mayweather."Esto no es golf. Esto no es tenis", dijo Mayweather. "Es un deporte brutal con sangre, sudor y lágrimas".Y mucho dinero de por medio. Tal es el caso de De La Hoya, uno de los boxeadores más taquilleros de la historia, al medirse ante un adversario que es considerado como el mejor peleador libra por libra del momento. Su combate podría ser el más rico en la historia de un deporte que presuntamente se encuentra en vías de extinción.
De La Hoya se embolsará la tajada más importante, porque después de todo es el "Golden Boy".
Además de ser la máxima atracción de la pelea, el púgil de ascendencia mexicana también funge como promotor y depositará en su cuenta bancaria el doble de lo que se llevará su invicto oponente.Mayweather tampoco está necesitado de dinero. No vacila en recordar que es dueño de una majestuosa mansión, conduce Bentleys y Maybachs, y tiene empleados para satisfacerle sus caprichos.Fue raro verlo con una camiseta que vale ocho dólares en una rueda de prensa esta semana, pero en su muñeca izquierda llevaba puesto un reloj de medio millón de dólares, la cadena en el cuello le costó 300.000 y un anillo que vale 200.000. Es decir, cargaba encima joyería por el orden del millón de dólares.También llevaba en su bolsillo un grueso fajo de billetes: "Unos 30.000", deslizó.Mayweather hizo méritos de sobra para recibir su bolsa, incluso antes de subirse al entarimado para desafiar a De La Hoya por el cetro junior mediano del CMB. No sólo es el boxeador más talentoso de su generación, sino que también es uno que ha generado tramas dignas de telenovela.La principal gira en torno a su relación con su padre, quien le enseñó a boxear y fue su preparador antes que tomaran caminos separados. Floyd acabó como entrenador de De La Hoya.Mayweather padre no está cumpliendo esa función en este combate, aunque el motivo no es amor paternal. De La Hoya no quiso pagarle los 2 millones de dólares que pidió para entrenarle.Padre e hijo se reunieron fugazmente, pero volvieron a apartarse cuando Floyd junior insistió en ser entrenado por su tío, Roger.Roger Mayweather lo pudo hacer al salir de la cárcel en marzo tras cumplir una sentencia de seis meses por violencia doméstica.El miércoles, Roger Mayweather estuvo sentado al lado de su pupilo, mientras que Floyd observaba entre la audiencia del Hollywood Theater. Floyd padre podrá presenciar la pelea porque De La Hoya le obsequió dos entradas de primera fila.Ello pareció irritar a Floyd hijo, quien dijo que a él le habría hecho feliz darle esas entradas a su padre."Tengo entradas de sobra para mi papá. Tengo un millón de dólares en entradas", afirmó. "Amo a mi papá".De La Hoya -casado con la cantante puertorriqueña Millie Corretjer- también adora a su familia, a decir de unas tiernas imágenes de vídeo que lo hacen ver más como un santo que un boxeador.De La Hoya no es el único envuelto en la promoción de una pelea que tiene patrocinadores para todo, incluyendo tequila.Pero nadie se sintió más honrado que José Sulaimán, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, quien se llevará una jugosa cantidad de dinero por avalar el combate.
ulaimán la comparó a históricas confrontaciones, como las dos que protagonizaron Joe Louis y Max Schmeling, claro esta sin los matices nazis.