Monday, October 15, 2007

Los Rockies de Colorado superaron por tercera ocasión seguida a los Daimondbacks de Arizona y están a un partido de ir a su primer clásico de octubre

Ahora tratarán de barrer a los Diamondbacks la noche del lunes cuando el venezolano Franklin Morales enfrente a Micah Owings en un duelo de lanzadores novatos que nunca se han enfrentado al equipo del contrario.
Los Diamondbacks esperan salir del hoyo de 3-0 y ganar la serie a ganar cuatro de siete partidos y ser segundo partido en la historia de las mayores que consigue la proeza, realizada en el 2004 por los Medias Rojas de Boston cuando vencieron a los Yanquis de Nueva York.
El venezolano Torrealba conectó el batazo en la sexta entrada, tres lanzamientos después de observar uno de los tiros característicos del cubano Liván Hernández, conocido como "eephus", que terminó en strike y que es tan lento que ni siquiera es registrado por el radar que se encuentra en la pizarra del estadio.
Luego de un lanzamiento de casi 97 kilómetros por hora (60 millas por hora) que bateó de foul, Torrealba pegó el cuadrangular que recorrió 402 pies hasta las gradas sobre el jardín izquierdo y empezó a correr las bases mientras levantaba victorioso los brazos entre exclamaciones de alegría.
Torrealba, que batea de 21-8 en los playoffs con siete impulsadas, estuvo a punto de conectar un jonrón en la tercera entrada cuando conectó un doble hasta el muro del jardín central. El operador del sistema de los juegos pirotécnicos del estadio creyó que la pelota había superado la barda y accionó algunos fuegos artificiales mientras Torrealba llegaba a la segunda base.
Los merecidos juegos pirotécnicos estallaron más tarde para Torrealba, quien tuvo sólo ocho jonrones en la temporada regular.
Matt Holliday, candidato a ser el Jugador Más Valioso, también pegó de jonrón contra Hernández, cuyo registro bajó a 7-3 de por vida en postemporada. El serpentinero cubano permitió cuatro carreras _todas limpias_ con ocho imparables en cinco entradas y dos tercios. El tablazo de Holliday llegó en la primera entrada y fue el primero en la serie.
Fogg, quien ganó el segundo partido de la serie divisional sobre los Filis de Filadelfia al relevar a Morales, espació durante siete entradas magníficas siete inatrapables, incluido el vuelacercas del novato Mark Reynolds en el cuarto capítulo. No regaló pasaportes y asestó tres ponches.
La temperatura en la mayor parte del partido osciló en los 43 grados Fahrenheit (6 Celsius) y luego bajó rápidamente a 30 grados F (-1 C) con una llovizna ligera y fría, lo cual obligó a los espectadores a colocarse chamarras, guantes, gorros y bufandas como si se dispusieran a esquiar en las montañas en el oeste de Colorado, donde sí estaba nevando.
Incluso el receptor venezolano Miguel Montero de los Diamondbacks se colocó un gorro de esquiar bajo el casco de catcher.
Fue así como encajó la decisión de los Rockies de enviar a la lomita a un lanzador de apellido Fogg (parecido a niebla en inglés) para lidiar con el clima en el primer partido de una serie de campeonato por la Liga Nacional en Denver en la historia del equipo.
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