Friday, October 19, 2007
Benazir Bhutto se queda en Pakistán
Bhutto reveló que ya había recibido una advertencia de que podría llegar a sufrir un atentado cuando retornara a Pakistán, cuestión que había transmitido al presidente Musharraf en una carta fechada el 16 de octubre. En dicha misiva, la ex primera ministra aseguraba que le habían puesto en aviso de que había cuatro grupos dispuestos a atentar contra ella en Karachi, integrados por talibanes afganos, talibanes paquistaníes, terroristas de al-Qaeda y rivales políticos de esa ciudad del sur del país. En la carta, la ex primera ministra indicaba a tres personas a las que consideraría como posibles responsables de suceder algún atentado contra ella. Sin precisar de quién se trataban o si se relacionaban con el gobierno, Bhutto insinuó que formaban parte de los servicios de seguridad del Estado. "No acuso al gobierno, sino a ciertos individuos que abusan de su poder", matizó. "El ataque no ha sido contra mí, sino contra lo que represento: la democracia, la unidad y la integridad de Pakistán", subrayó Bhutto. "Fueron los enemigos de la democracia, de Pakistán y del Islam. Quienes hicieron esto no son islámicos". Destacó que, de todas maneras, se quedará en su país, a fin de proseguir con la campaña de cara a las próximas elecciones legislativas. Asimismo, reafirmó su intención de seguir luchando por un Pakistán democrático. "Pakistán no será sometido", declaró. Los servicios secretos en la mira "Sé exactamente quien me quiere matar. Son altos cargos del antiguo régimen del general Zia-ul-Haq que hoy están detrás del extremismo y el fanatismo. Debemos purgar estos elementos todavía presentes en nuestros servicios secretos", había asegurado Bhutto antes en declaraciones a la revista francesa Paris Match. Según fuentes policiales, una de las explosiones fue ocasionada por un terrorista suicida y la segunda de ellas por un vehículo. La condena a los ataques ha sido unánime en la comunidad internacional. "Han sido los servicios secretos del Gobierno", comenta desde el lugar de los atentados, Nor Ahmed, de 35 años, que ha perdido a su primo Tahid, de 25 años, en los ataques. Nor -que pertenece a los 5.000 militantes del Partido Popular de Pakistán (PPP), de Bhutto, encargados de velar por la seguridad de la llegada de la ex primera ministra- sostiene la tesis mayoritaria: el gobierno de la provincia de Find (de la que Karachi es capital), en manos del partido del presidente del país, Pervez Musharraf, está detrás de los ataques. El general Musharraf, sin embargo, condenó esta mañana lo sucedido: "Los atentados son un ataque a la democracia", aseguró. A pesar del rechazo de amplios sectores de su partido, Musharraf acordó con Bhutto la vuelta de la ex primera ministra al país.