Tuesday, September 4, 2007


Niña dejó canciones y poemas

Definida como "todo amor y alegría" por su madre, la ama de casa Eudosia Argentina González, destaca las virtudes que adornaban a la menor de sus cuatro hijos.

Dijo también que la niña era una excelente estudiante, "respetuosa y con una increíble sensibilidad por los asuntos de la comunidad", que perteneció al coro de la parroquia de Yaque Abajo, Jánico, donde residía Isabel junto a su padre el profesor Osvaldo Rafael Rodríguez.

A la menor, le diagnosticaron cáncer en los huesos el 30 de junio del año pasado que terminó con su vida el jueves a las 12:40 de la noche, en el área de oncología del hospital infantil Arturo Grullón.

Isabel como si presintiese que la muerte le rondaba se despidió de sus seres más queridos.

Lo hizo de su profesor, de la enfermera que le atendía, de la doctora Luisa Collado, que era la médico que trataba su cáncer y de todo el personal de esa unidad y de la señora de conserjería a quienes les decía que se iba y pedía perdón por las molestía que pudo haber causado.

A la doctora Collado le pidió perdón de manera especial porque ella no quiso irse a la casa luego de ser despachada pues en su comunidad hace mucho calor.

Sus padres hicieron todo lo posible por detener el cáncer en los huesos de Isabel, pero no lograron junto a la ciencia médica tal propósito.

Sus familiares contribuyeron económicamente para tratar la enfermedad, pero pese a desprenderse de varios bienes hoy le queda el consuelo de que le acompañaron siempre.

Su familia destaca los esfuerzos de los médicos que laboraron afanosamente con ella y en especial recuerdan a la doctora Collado y doña Tuty Zouain, del Voluntariado Jesús con los niños del centro asistencial.

También recuerdan el encuentro entre el artista Wason Brazobán y su hija, quien pidió que no hubiese cámara ni prensa en su gesto de cantarle a ella en la unidad de Oncología del centro de salud.

Durante el encuentro con el artista la niñita enferma en lecho de muerte dejó escapar una sonrisa, mientras los presentes estaban mudos por el recuerdo.

Doña Petronila afirmó que "nunca voy a olvidar a quien ayudó a morir con su sueño cumplido a mi hija".

Cándida Flores, supervisora de la Unidad de oncología recuerda a la niña indicando que era una persona con una gran voluntad, que no se amilanaba ante la quimioterapia. Era mu cariñosa y hasta su último minuto estuvo alegre y sonriente.

"El día que vinieron los artistas ella estaba sonriendo y sus últimas palabras para mi fueron que me quería mucho y estaba muy alegre", dijo Flores.

Anoche en la casa de los Rodríguez González habían alrededor de 50 personas participando de los rezos de nueve días.
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