El plan del magnicidio
La revelación es parte de la última "reflexión" del convaleciente Fidel Castro, que da detalles de los contactos sostenidos e informaciones suministradas por oficiales cubanos a agentes estadounidenses en el verano de ese año y que, según asegura, permitieron "operar contra el grupo de involucrados" y desbaratar el plan de magnicidio.
En el último artículo publicado en la prensa oficial cubana, con motivo del sexto aniversario de los atentados del 11 de septiembre, Castro da cuenta de las reuniones sostenidas por sus agentes en Estados Unidos con el entonces jefe de seguridad de la misión norteamericana ante la ONU, Robert C. Mullen, asi como de otros encuentros con oficiales de inteligencia norteamericanos.
“El atentado se produciría en fecha muy próxima cuando Reagan visitara Carolina del Norte, como parte de la campaña para reelegirse en el cargo”, asegura Castro, al descubrir por primera vez otro inédito capítulo de colaboración secreta entre ambos países.
Según el mandatario cubano, la información brindada a las autoridades estadounidenses “estaba completa; daba nombres de los implicados en el plan; día, hora y lugar donde sería el magnicidio; tipo de armamento que poseían los terroristas y dónde guardaban las armas; además de todo eso, el centro de reunión de los elementos que estaban planificando la acción y un breve relato de lo que habían conversado en dicha reunión.”
Como siempre, Castro es meticuloso con los detalles y hasta da la dirección de donde se produjeron los contactos: “La entrega de la información se realizó en un encuentro con Muller en un edificio situado en la calle 37 y la Tercera Avenida, a dos cuadras del edificio de la misión cubana”.