"El vuelo fue una odisea pero la carrera estuvo muy serena", dijo "SuperSánchez", quien llegó desde Los Angeles, donde dio los toques finales a su preparación, luego de un vuelo de casi 24 horas debido a demoras en el aeropuerto y en escalas.
Sánchez dijo que la organización de los juegos le envió "muy tarde" el pasaje y que ello le ocasionó demoras posteriores para obtener su visa. "Igualmente vine porque me debo a todos los dominicanos que esperan mi triunfo".
"Lo importante es que me sentí muy bien, decidido a ganar el oro", dijo Sánchez, quien antes de largar la carrera hizo el precalentamiento enfundado con la camiseta de Brasil y en cuya espalda estaba estampado el número 10 con el nombre de Ronaldinho.
"Soy un fanático de él", dijo Sánchez. "Lo sigo desde que jugaba en el París Saint Germain y ahora en Barcelona". También se declaró "un gran admirador de Ronaldo".
Lo cierto es que al lucir la verderamarela, el dominicano fue tratado por el público como uno de los suyos: lo ovacionaron, lo aplaudieron y cuando Sánchez saludó a la multitud, desde las gradas de periodistas se escuchó que alguien gritaba: "¡Vocé e um grande!".
Durante la prueba no acusó resabios de lesiones que lo tuvieron a maltraer en los últimos tiempos, tras haber sido campeón mundial en 2001 y 2003, año este último en el que se alzó con el oro panamericano en su país. En 2004 se llevó la dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas.
"Yo estoy listo, estoy regresando, creo que ya soy el mismo de siempre y el viernes tendrán una prueba de lo que estoy diciendo", destacó Sánchez aludiendo a la final prevista para ese día, a la que se clasificó con un tiempo de 49.42, lejos de su récord panamericano de 48.19.
Esa marca le alcanzó para liderar su serie, la primera de las tres. Pero posteriormente fue superado por el estadounidense Laron Bennett (49.09), el canadiense Adam Kunkel (49.27) y el jamaiquino Dean Griffiths (49.37).
Detrás de él entraron el puertorriqueño Javier Culson, el brasileño Raphael Fernandes, el panameño Bayano Kamani y el también brasileño Mahau Sugimati, en ese orden.
Una prueba de que la serie de Sánchez fue liviana lo da el hecho de que su escolta fue Fernandes, quien se clasificó con el sexto mejor tiempo.