Minadas sus posibilidades cuando golpeó un obstáculo, el dominicano se clasificó en un opaco cuarto puesto, algo impensado para quien además es un supercampeón mundial y olímpico.
La medalla de oro fue para el canadiense Adam Charles Kundel con 48.24 segundos, escoltado por el panameño Bayano Kamani (48.70) y el estadounidense Laron Bennett (40.07), plata y bronce, respectivamente.
Sánchez, quien iba palmo a palmo con Kundel, perdió fuerzas tras el impacto con la valla y acabó con un rasguño en la pierna derecha, la cual se veía después levemente ensangrentada. Entró cuarto con marca de 49.28.
``Toqué la valla'', dijo un muy enojado y a la vez entristecido Sánchez, cuando la televisión pasó el instante mismo en el que ocurrió ese episodio y mientras un colaborador acariciaba su cabeza.
Entonces, el atleta de 29 años lanzó un fuerte golpe al aire con la toalla que llevaba sobre sus hombros y empezó a caminar rumbo a los vestidores con una sucesión monocorde de pasos.
``Félix, Félix'', le gritaban periodistas que lo perseguían en masa por la zona mixta formada en laberinto.
Entonces, ``Supersánchez'' aflojó un poco lo que ya era una lenta caminata y pasó su mano derecha sobre una valla de seguridad que lo separaba de los periodistas y la sacudió un poco.
Daba la impresión que descargaba su disgusto sobre esa valla, que de alguna manera era parecida a la que acababa de truncar sus ilusiones.
``Félix, ¨qué sientes?'', le preguntó una periodista en portugués.
Sánchez se frotó los ojos ya enrojecidos y su sombra errante se fue alejando por un pasillo que conducía a los vestidores.
Acostumbrados a que Sánchez hablase mucho tiempo después de la competencia, fueron muchos los periodistas que se perdieron la escena porque llegaron tarde.
La medalla de oro fue para el canadiense Adam Charles Kundel con 48.24 segundos, escoltado por el panameño Bayano Kamani (48.70) y el estadounidense Laron Bennett (40.07), plata y bronce, respectivamente.
Sánchez, quien iba palmo a palmo con Kundel, perdió fuerzas tras el impacto con la valla y acabó con un rasguño en la pierna derecha, la cual se veía después levemente ensangrentada. Entró cuarto con marca de 49.28.
``Toqué la valla'', dijo un muy enojado y a la vez entristecido Sánchez, cuando la televisión pasó el instante mismo en el que ocurrió ese episodio y mientras un colaborador acariciaba su cabeza.
Entonces, el atleta de 29 años lanzó un fuerte golpe al aire con la toalla que llevaba sobre sus hombros y empezó a caminar rumbo a los vestidores con una sucesión monocorde de pasos.
``Félix, Félix'', le gritaban periodistas que lo perseguían en masa por la zona mixta formada en laberinto.
Entonces, ``Supersánchez'' aflojó un poco lo que ya era una lenta caminata y pasó su mano derecha sobre una valla de seguridad que lo separaba de los periodistas y la sacudió un poco.
Daba la impresión que descargaba su disgusto sobre esa valla, que de alguna manera era parecida a la que acababa de truncar sus ilusiones.
``Félix, ¨qué sientes?'', le preguntó una periodista en portugués.
Sánchez se frotó los ojos ya enrojecidos y su sombra errante se fue alejando por un pasillo que conducía a los vestidores.
Acostumbrados a que Sánchez hablase mucho tiempo después de la competencia, fueron muchos los periodistas que se perdieron la escena porque llegaron tarde.