Tuesday, June 19, 2007

A veces puede ser tendonitis o bursitis. Puede ser muchas cosas antes que un desgarre.
“Pero cuando oigo desgarre del rotor, obviamente uno se preocupa por el futuro del pelotero. Es una lesión severa ahora tanto como lo era en el pasado”.
El gerente general de Kansas City, Dayton Moore también está entre aquellos que temen escuchar que uno de sus lanzadores tiene un desgarre.
“Las estadísticas demuestran que los lanzadores no regresan a su nivel acostumbrado”, dijo Moore. “El porcentaje de éxito de una Tommy John es mucho mejor, pero con la tecnología de hoy en día y el gran trabajo que hacen los terapistas y el nivel de intensidad que los atletas tienen, pueden recuperarse”.
Pueden recuperarse, pero en muchos casos nunca vuelven a ser el mismo lanzador.
No hay estadísticas firmes para documentar la disparidad, pero se acepta que el porcentaje de éxito de los lanzadores que regresan de operaciones del hombro es menor que las de Tommy John.
Ambas suceden todo el tiempo en el deporte. Y sin embargo, la última se ha vuelto algo rutinario en los años recientes hasta el punto que los lanzadores que se someten a la Tommy John regresan a su nivel previo, o mejor, en un año o más.
Ese no es el caso de los desgarres del hombro. No es que la ciencia médica se ha frenado en ese punto, simplemente es que las mecánicas del hombro son mucho más complejas.
“Las operaciones del hombro tratan de reparar un tendón roto, que no es lo mismo que unir dos pedazos de tendones”, dijo el Dr. David Lintner, un especialista en ortopedia deportiva, así como el jefe médico de los Astros de Houston.
Esa flexibilidad es la principal dificultad al volver de desgarres del hombro y el por qué los equipos mantienen los dedos cruzados cuando esperan que los lanzadores con esas lesiones regresen.
Este año, la lista de lanzadores que lidian con problemas del rotor es extensa, e incluye a Pedro Martínez, de los Mets de Nueva York; Mark Mulder, de los Cardenales de San Luis; Matt Clement, de los Medias Rojas de Boston; Kris Benson, de los Orioles de Baltimore; Jesse Crain, de Minnesota; Cliff Politte, de Cleveland y Joey Eischen, de Washington.
Un descanso extendido y el fortalecimiento físico en vez de operación es una opción para ciertas lesiones del rotor del hombro.
Algunos han tomado la ruta no quirúrgica como Bartolo Colón y Kerry Wood.
El descanso extendido frecuentemente es el tratamiento preferido para lesiones menos severas. Esta temporada esa lista incluye a Tom Gordon, de Filadelfia; Ryan Wagner, de Toronto; Henry Owens, de Florida y Freddy García, de Filadelfia.
El que los lanzadores escojan la operación o el fortalecimiento, ellos buscan lo mismo: Devolver su brazo a la forma que estaba antes dewl problema. No importa el curso que tomen, no hay garantías de que los lanzadores recibirán su deseo.
Nuevamente, todo depende de la flexibilidad. Lo que le sale bien a una persona común y corriente no necesariamente funciona para un lanzador de poder.
“Cuando se repara un rotor, el proceso de sanamiento tiende a llevar a más rigidez”, dijo Lintner. “Digamos que un músculo del hombro tiene 10 ó 15 grados de rigidez. Para una persona normal, 10 a 15 grados no es un problema, pero para un lanzador es del cielo a la tierra”.
Esa puede ser la diferencia de un lanzador que sigue con su carrera de las mayores o decide por el retiro.
Hay varios lanzadores que han regresado de degarres del hombro como Jimmy Key, Orlando Hernández, Tony Armas Jr. y Joey Hamilton.
Pero hay otros que no lo han hecho, como Don Drysdale, Mark Fidrych, Wayne Simpson, Steve Busby, Mike Scott, Don Gullett, Matt Keough, Ben McDonald y John Rocker, para nombrar algunos.Fuente/HoyDigital
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