Rastreo continuo de ofensores sexualesNueva Jersey. Se convierte en el cuarto estado de la nación, detrás de Florida, Oklahoma y Tennessee, en pasar una legislación que autoriza la utilización de los localizadores GPS para proteger a los niños de los depredadores sexuales conocidos o identificados.
El estudio piloto requirió la participación de 250 ofensores sexuales que se encontraban en libertad bajo palabra – seleccionados por la propia Junta de Libertad Bajo Palabra, que se basó en el riesgo de reincidencia – a los que se les instaló un dispositivo de tobillo u otro tipo de aparato que llevaron constantemente y que permitió rastrear su localización geográfica. Los participantes debieron también, someterse al detector de mentiras.
Fisher subrayó “los oficiales locales necesitan de todas las herramientas posibles para poder monitorear todos los movimientos y actividades de los pedófilos conocidos para que ellos, de ningún modo, puedan abusar de ningún niño nunca más”.
Los ofensores sexuales que fallen a los requerimientos establecidos o hagan trampas con el equipo de rastreo, están expuestos a enfrentar cargos por la comisión de un crimen de tercer grado, por lo que se exponen a penas de hasta cinco años de cárcel y 15 mil dólares en multas. En otra votación, también aprobada unánimemente por la Cámara Baja, se estableció regular que los condados actualicen anualmente la lista de ofensores sexuales que residen dentro de sus respectivas jurisdicciones, desarrollando un mapa de ubicación según el nivel de peligrosidad que representen para la población.
Según el creador de este proyecto de ley, el asambleísta Jeff Van Drew, “es de vital importancia que las autoridades conozcan la ubicación geográfica de estos deleznables sujetos, para saber, en base a su nivel de peligrosidad y el lugar en el que residen, la manera en que se deben implementar las medidas de vigilancia o los requisitos con los que ellos deben cumplir para con quienes los supervisan”. Por medio de la medida se requerirá que los condados puedan establecer un modo homogéneo de agrupar a los ofensores sexuales de una manera más clara y específica, determinándose el lugar en el que residen, los delitos que cometieron, la peligrosidad que demostraron al cometerlos y la proximidad con lugares de esparcimiento de niños, escuelas o centros infantiles. Se requerirá además que esta información sea actualizada todos los años.