Documentos revelan el lado oscuro de la CIA.Los documentos, que se revelarán públicamente la semana próxima, también incluyen relatos de allanamientos y robos, apertura de correos privados de China y la Unión Soviética, interceptación de comunicaciones y vigilancia de periodistas y una serie de ''pruebas inadvertidas'' a civiles de EEUU, incluyendo uso de drogas.
''La mayor parte no es muy halagüeña, pero es la historia de la CIA'', dijo Hayden. Los documentos han sido solicitados durante décadas por historiadores y periodistas, y han sido muchas veces objeto inútil de peticiones bajo la llamada Ley de Libertad de Información.
Adelantándose a la publicación, el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington reveló un grupo separado de documentos de enero de 1975 que detallan deliberaciones gubernamentales internas sobre los abusos. Los documentos describen un estado de pánico en el gobierno del presidente Gerald Ford ante la publicación en la prensa de los ''trapos sucios'' de la agencia, como los llamaba el entonces director de la CIA William Colby.
Un artículo sobre la infiltración de la CIA en grupos pacifistas, publicado por el reportero Seymour Hersch de The New York Times, era ''sólo el comienzo'', le advirtió el entonces Secretario de Estado Henry Kissinger a Ford, según un memorando de una conversación entre ellos.
Kissinger advirtió que si se divulgaban otras operaciones ''correría la sangre. Por ejemplo, Robert Kennedy manejó personalmente una operación de asesinato de Fidel Castro''. Kennedy fue secretario de Justicia entre 1961 y 1964.
Preocupado de que las revelaciones pudieran dar lugar a encausamientos penales, Kissinger añadió que ''cuando el FBI tenga licencia para investigar a la CIA, podría ser peor para el país que lo de Watergate'', el escándalo que dio lugar a la caída de la presidencia de Nixon.
En una reunión en la que Colby detalla los peores abusos, después de haberle dicho al Presidente: ''Tenemos una institución que ha hecho algunas cosas indebidas'', Ford dijo que nombraría una comisión presidencial para que investigara el asunto. ''No queremos destruir, sino preservar la CIA. Pero queremos asegurarnos de que no tengan lugar operaciones ilegales'', dijo Ford.
La mayor parte de los incidentes y operaciones importantes en los informes que se darán a conocer la semana próxima se revelaron en detalles diversos durante unas investigaciones del Congreso, y dieron lugar a amplias reformas y a más fiscalización. Pero se espera que la mayor parte de los documentos de la CIA --generados según fue menguando la guerra de Vietnam y se fueron empezando a revelar los ardides de Nixon y la participación de la agencia en éstos-- tendrán relatos más detallados, redactados por la propia CIA.
Los informes, conocidos por historiadores y oficiales de la CIA como ''las joyas de la familia'', se produjeron inicialmente como respuesta a una petición de 1973 por parte del entonces director de la CIA James Schlesinger. Alarmados por informes aparecidos en la prensa sobre la participación de la CIA en Watergate bajo su predecesor, Schlesinger pidió a los empleados de la agencia que le informaran de todas las operaciones que estaban ''fuera'' de la carta legal de la agencia.
Entre nuevos detalles, el resumen revela un programa de 1969 de la CIA contra ''la actividad internacional de radicales y negros militantes''. Se introdujeron agentes encubiertos de la agencia dentro de grupos pacifistas de EEUU, y fueron enviados a ultramar como miembros acreditados para identificar contactos extranjeros. Esto ocurrió en un momento en el que se sospechaba que la Unión Soviética financiaba e influía sobre organizaciones internas en EEUU.
Hayden dijo que los documentos de la CIA programados para revelarse la semana próxima ``describen una época muy diferente, y una agencia muy diferente''.
Según él, la CIA ahora está a merced de la prensa, porque las restricciones de lo clasificado como secreto les prohíben corregir ``información indebida''.
''Desafortunadamente, algunos miembros de los medios de noticias de hoy parecen seguir la práctica de tomar algunas piezas de información, que pueden ser precisas o no, y hacer que aparezcan oscuras y siniestras'', dijo Hayden.
''La mayor parte no es muy halagüeña, pero es la historia de la CIA'', dijo Hayden. Los documentos han sido solicitados durante décadas por historiadores y periodistas, y han sido muchas veces objeto inútil de peticiones bajo la llamada Ley de Libertad de Información.
Adelantándose a la publicación, el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington reveló un grupo separado de documentos de enero de 1975 que detallan deliberaciones gubernamentales internas sobre los abusos. Los documentos describen un estado de pánico en el gobierno del presidente Gerald Ford ante la publicación en la prensa de los ''trapos sucios'' de la agencia, como los llamaba el entonces director de la CIA William Colby.
Un artículo sobre la infiltración de la CIA en grupos pacifistas, publicado por el reportero Seymour Hersch de The New York Times, era ''sólo el comienzo'', le advirtió el entonces Secretario de Estado Henry Kissinger a Ford, según un memorando de una conversación entre ellos.
Kissinger advirtió que si se divulgaban otras operaciones ''correría la sangre. Por ejemplo, Robert Kennedy manejó personalmente una operación de asesinato de Fidel Castro''. Kennedy fue secretario de Justicia entre 1961 y 1964.
Preocupado de que las revelaciones pudieran dar lugar a encausamientos penales, Kissinger añadió que ''cuando el FBI tenga licencia para investigar a la CIA, podría ser peor para el país que lo de Watergate'', el escándalo que dio lugar a la caída de la presidencia de Nixon.
En una reunión en la que Colby detalla los peores abusos, después de haberle dicho al Presidente: ''Tenemos una institución que ha hecho algunas cosas indebidas'', Ford dijo que nombraría una comisión presidencial para que investigara el asunto. ''No queremos destruir, sino preservar la CIA. Pero queremos asegurarnos de que no tengan lugar operaciones ilegales'', dijo Ford.
La mayor parte de los incidentes y operaciones importantes en los informes que se darán a conocer la semana próxima se revelaron en detalles diversos durante unas investigaciones del Congreso, y dieron lugar a amplias reformas y a más fiscalización. Pero se espera que la mayor parte de los documentos de la CIA --generados según fue menguando la guerra de Vietnam y se fueron empezando a revelar los ardides de Nixon y la participación de la agencia en éstos-- tendrán relatos más detallados, redactados por la propia CIA.
Los informes, conocidos por historiadores y oficiales de la CIA como ''las joyas de la familia'', se produjeron inicialmente como respuesta a una petición de 1973 por parte del entonces director de la CIA James Schlesinger. Alarmados por informes aparecidos en la prensa sobre la participación de la CIA en Watergate bajo su predecesor, Schlesinger pidió a los empleados de la agencia que le informaran de todas las operaciones que estaban ''fuera'' de la carta legal de la agencia.
Entre nuevos detalles, el resumen revela un programa de 1969 de la CIA contra ''la actividad internacional de radicales y negros militantes''. Se introdujeron agentes encubiertos de la agencia dentro de grupos pacifistas de EEUU, y fueron enviados a ultramar como miembros acreditados para identificar contactos extranjeros. Esto ocurrió en un momento en el que se sospechaba que la Unión Soviética financiaba e influía sobre organizaciones internas en EEUU.
Hayden dijo que los documentos de la CIA programados para revelarse la semana próxima ``describen una época muy diferente, y una agencia muy diferente''.
Según él, la CIA ahora está a merced de la prensa, porque las restricciones de lo clasificado como secreto les prohíben corregir ``información indebida''.
''Desafortunadamente, algunos miembros de los medios de noticias de hoy parecen seguir la práctica de tomar algunas piezas de información, que pueden ser precisas o no, y hacer que aparezcan oscuras y siniestras'', dijo Hayden.
