Solamente en Brasil hay 172 mil prisioneros que aguardan juicio, dice el gobierno de ese país. Cuatro de cada cinco presos haitianos y tres cuartas partes de los reclusos en Bolivia y Paraguay no han sido condenados, según el Centro Internacional para el Estudio de la Prisión, con sede en Londres. De 15.000 presos en la República Dominicana, casi dos tercios no han recibido condenas.
Guzmán, un mecánico de motocicletas de 31 años, no ha visto a sus dos hijas desde que lo encerraron en Najayo, una cárcel atestada sobre una colina en las afueras de la capital Santo Domingo.
Unos 800 de los más de mil 400 hombres presos allí esperan juicio, casi exactamente la cifra excedente de la capacidad del penal.
"No sé cuándo voy a ver un juez. Hablé con un abogado pero él no sabía qué hacer", dijo Guzmán, mientras aguardaba que un médico le examinara un movimiento espasmódico en la mano izquierda, en la que se dejó crecer la uña del meñique como protección.
En Estados Unidos, un 21% de los presos aguarda juicio, en su mayoría en celdas locales, dijo el Centro Internacional para el Estudio de la Prisión. Allí se presume la inocencia de los acusados hasta que se demuestre su culpabilidad y los casos son generalmente decididos por jurados.
Pero muchos tribunales latinoamericanos se ven influidos por el código napoleónico, en los que el poder recae en paneles de jueces y según el cual se presume la culpabilidad del acusado si es arrestado después de una investigación.
Esa tradición dificulta a los jueces contrarrestar los poderes policiales y las prácticas corruptas heredadas de años de dictaduras y gobierno colonial, dijo Mark Ungar, un profesor de la City University de Nueva York que ha visitado cárceles en Argentina, Venezuela y Honduras.
Y además pesan las presiones sociales para reprimir el delito violento. "Todos quieren demostrar que no tolerarán los delitos enviando gente a la cárcel", observó Ungar.
Los fiscales dominicanos justifican las prisiones preventivas. "En este país, mucha gente vive sin documentos o no tiene un domicilio donde ubicarlo", dijo a la AP el fiscal Perfecto Acosta. "Casi siempre hay peligro de fuga".
Cárceles: ¿espacios de rehabilitación?
Clave Digital/ArchivoLa práctica está llevando a las prisiones en gran parte de Latinoamérica al borde del colapso. Muchas cárceles están tan atestadas que los guardias se ven desbordados y las pandillas controlan la vida en su interior.
En Venezuela el año pasado, 59 de cada 100 presos estaban a la espera de juicio. Dos de cada 100 mueren en la prisión.
En Brasil, los presos nuevos duermen en pisos de baños infestados de ratas. Los motines carcelarios han desembocado en matanzas y decapitaciones.
La policía en el estado de Minas Gerais suele dejar a 15 reclusos en una sola jaula descubierta en la que se empapan y enferman cuando llueve, según denunció Tim Cahill, de Amnistía Internacional. Una celda en la capital del estado construida para 16 personas tenía 160.
Hace dos años en la República Dominicana 136 presos, incluyendo muchos a la espera de juicio, murieron incinerados cuando los reclusos iniciaron un incendio en un bloque de celdas cuya capacidad debía ser para 25.
En Najayo, donde una disputa pandillera en el centro para detenidos adolescentes dejó recientemente dos docenas de heridos, los hombres caminan con pantaloncillos cortos y sudaderas, trasponiendo puertas metálicas bajo el calor tropical. Guardias con traje de fajina y gafas oscuras se abren paso entre la multitud con sus garrotes de madera en ristre.
Un preso se acerca a uno con un fajo de billetes y después se aleja. "Todavía me debes 50", ruge el guardia.
Otros presos, que hablan con la condición del anonimato para evitar represalias, dicen que los guardias suelen cobrarles a cambio de mejores literas, tiempo libre o artículos del hogar.
Un reciente informe de Amnistía Internacional acusó al gobierno mexicano de usar detenciones preventivas para castigar a activistas por los derechos de los indígenas. El nuevo gobierno boliviano la usó contra la gerente general del banco central del gobierno anterior, Marcela Nogales, durante una investigación sobre su supuesto abuso del poder, en una acción que algunos consideraron una venganza política.
No es lo mismo para todos
A menudo son los pobres los que terminan detrás de las rejas sin juicio, mientras que las celebridades y los acusados con dinero quedan en libertad. En la República Dominicana el beisbolista Juan Uribe, de las Medias Rojas de Chicago, fue autorizado a asistir a los entrenamientos primaverales en Arizona mientras la fiscalía investigaba su papel en un tiroteo en octubre.
Ha habido intentos de reforma. Chile implantó un nuevo sistema penal en el 2002 con nuevos jueces y restricciones destinadas a reducir la duración de las sentencias. En México, donde el 43% de los reclusos espera juicio, el presidente Felipe Calderón ha propuesto reformas generales, incluyendo la puesta en vigencia de juicios orales y un código penal uniforme a nivel nacional.
Los legisladores dominicanos también están considerando terminar con esas larguísimas detenciones antes del juicio. Pero los que están encerrados creen que siempre llevarán la peor parte.
"Si yo tuviese dinero, no me habrían metido aquí", aseguró Guzmán. (Los periodistas de AP Peter Muello en Río de Janeiro, Stan Lehman en Sao Paulo, Eduardo Gallardo en Santiago de Chile e Ian James en Caracas contribuyeron a este artículo).
Reacción del Procurador General de la República
Este lunes, el procurador general de la República Dominican, doctor Radhamés Jiménez Peña, recibió al juez de la Suprema Corte de Justicia de Argentina, señor Eugenio Raúl Zaffaroni, y desmintió que la mayoría de los presos dominicanos esté en condiciónde prevención.
El procurador Radhámes Jiménez y el juez Eugenio Raúl Zaffaroni.
Fuente ExternaSegún una declaración de la Procuraduría General, en el país hay en total 14 mil 300 presos, y no es cierto que la mayoría sean preventivos, como afirma el reportaje de la agencia Prensa Asociada.
El doctor Jiménez Peña defendió el proceso del nuevo modelo penitenciario, "lo que estamos haciendo es inédito, gracias a la buena voluntad del presidente de la República, Leonel Fernández Reyna, quien está conciente de que la reeducación es imprescindible para lograr una reinserción positiva del recluso a la sociedad”.
Destacó que de los 37 centros de reclusión que están diseminados en la geografía nacional, nueve están funcionando con el nuevo modelo penitenciario y cinco están en proceso de insertarse en ese sistema como los de Moca, San Francisco de Macorís, Higüey, Salcedo y San Pedro de Macorís.
En ese orden, dijo que se aprestan a involucrar en esa transformación al de Najayo-hombres en San Cristóbal.Informó que la Procuraduría General de la República ha invertido, desde el año 2005, unos RD$100 millones en la implantación del nuevo modelo penitenciario, con lo que se han rehabilitado y construido las infraestructuras físicas de los nueve Centros de Corrección y Rehabilitación, entre ellos, citó el de Monte Plata, Rafey-Mujeres y Rafey-Hombres en Santiago, San Felipe de Puerto Plata, Mao, Dajabón, Elías Piña, Najayo-Mujeres en San Cristóbal, y Haras Nacionales en Santo Domingo.
Zaffaroni se encuentra en el país para participar, como orador, en el seminario “Reforma Penitenciaria en Latinoamérica y El Caribe” que realizará la Procuraduría General de la República los días 20, 21 y 22 del mes en curso, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PND), el Patronato Nacional Penitenciario y la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado.
Habla el juez de la SCJ de Argentina
De su lado, el señor Zaffaroni aclaró que en todos los países de la región latinoamericana no existe menos del 50% de presos preventivos.
“El problema endémico más grave en toda la región en el sistema penal es el preso sin condena, no estamos aplicando las penas del Código Penal, estamos aplicando la prisión por la duda, esa es la realidad penitenciaria de todos nuestros países”.
Sostuvo que la solución a esta problemática es cómo coordinar los distintos segmentos del sistema penal, de manera que puedan trabajar ordenadamente, “porque cada uno funcionaba por su cuenta como una orquesta sin directores.
Durante la visita estuvieron presentes el comisionado de Apoyo a la Reforma y Modernización del Estado, doctor Alejandro Moscoso Segarra, y el director de la Escuela Nacional Penitenciaria, licenciado Roberto Santana.
Guzmán, un mecánico de motocicletas de 31 años, no ha visto a sus dos hijas desde que lo encerraron en Najayo, una cárcel atestada sobre una colina en las afueras de la capital Santo Domingo.
Unos 800 de los más de mil 400 hombres presos allí esperan juicio, casi exactamente la cifra excedente de la capacidad del penal.
"No sé cuándo voy a ver un juez. Hablé con un abogado pero él no sabía qué hacer", dijo Guzmán, mientras aguardaba que un médico le examinara un movimiento espasmódico en la mano izquierda, en la que se dejó crecer la uña del meñique como protección.
En Estados Unidos, un 21% de los presos aguarda juicio, en su mayoría en celdas locales, dijo el Centro Internacional para el Estudio de la Prisión. Allí se presume la inocencia de los acusados hasta que se demuestre su culpabilidad y los casos son generalmente decididos por jurados.
Pero muchos tribunales latinoamericanos se ven influidos por el código napoleónico, en los que el poder recae en paneles de jueces y según el cual se presume la culpabilidad del acusado si es arrestado después de una investigación.
Esa tradición dificulta a los jueces contrarrestar los poderes policiales y las prácticas corruptas heredadas de años de dictaduras y gobierno colonial, dijo Mark Ungar, un profesor de la City University de Nueva York que ha visitado cárceles en Argentina, Venezuela y Honduras.
Y además pesan las presiones sociales para reprimir el delito violento. "Todos quieren demostrar que no tolerarán los delitos enviando gente a la cárcel", observó Ungar.
Los fiscales dominicanos justifican las prisiones preventivas. "En este país, mucha gente vive sin documentos o no tiene un domicilio donde ubicarlo", dijo a la AP el fiscal Perfecto Acosta. "Casi siempre hay peligro de fuga".
Cárceles: ¿espacios de rehabilitación?
Clave Digital/ArchivoLa práctica está llevando a las prisiones en gran parte de Latinoamérica al borde del colapso. Muchas cárceles están tan atestadas que los guardias se ven desbordados y las pandillas controlan la vida en su interior.
En Venezuela el año pasado, 59 de cada 100 presos estaban a la espera de juicio. Dos de cada 100 mueren en la prisión.
En Brasil, los presos nuevos duermen en pisos de baños infestados de ratas. Los motines carcelarios han desembocado en matanzas y decapitaciones.
La policía en el estado de Minas Gerais suele dejar a 15 reclusos en una sola jaula descubierta en la que se empapan y enferman cuando llueve, según denunció Tim Cahill, de Amnistía Internacional. Una celda en la capital del estado construida para 16 personas tenía 160.
Hace dos años en la República Dominicana 136 presos, incluyendo muchos a la espera de juicio, murieron incinerados cuando los reclusos iniciaron un incendio en un bloque de celdas cuya capacidad debía ser para 25.
En Najayo, donde una disputa pandillera en el centro para detenidos adolescentes dejó recientemente dos docenas de heridos, los hombres caminan con pantaloncillos cortos y sudaderas, trasponiendo puertas metálicas bajo el calor tropical. Guardias con traje de fajina y gafas oscuras se abren paso entre la multitud con sus garrotes de madera en ristre.
Un preso se acerca a uno con un fajo de billetes y después se aleja. "Todavía me debes 50", ruge el guardia.
Otros presos, que hablan con la condición del anonimato para evitar represalias, dicen que los guardias suelen cobrarles a cambio de mejores literas, tiempo libre o artículos del hogar.
Un reciente informe de Amnistía Internacional acusó al gobierno mexicano de usar detenciones preventivas para castigar a activistas por los derechos de los indígenas. El nuevo gobierno boliviano la usó contra la gerente general del banco central del gobierno anterior, Marcela Nogales, durante una investigación sobre su supuesto abuso del poder, en una acción que algunos consideraron una venganza política.
No es lo mismo para todos
A menudo son los pobres los que terminan detrás de las rejas sin juicio, mientras que las celebridades y los acusados con dinero quedan en libertad. En la República Dominicana el beisbolista Juan Uribe, de las Medias Rojas de Chicago, fue autorizado a asistir a los entrenamientos primaverales en Arizona mientras la fiscalía investigaba su papel en un tiroteo en octubre.
Ha habido intentos de reforma. Chile implantó un nuevo sistema penal en el 2002 con nuevos jueces y restricciones destinadas a reducir la duración de las sentencias. En México, donde el 43% de los reclusos espera juicio, el presidente Felipe Calderón ha propuesto reformas generales, incluyendo la puesta en vigencia de juicios orales y un código penal uniforme a nivel nacional.
Los legisladores dominicanos también están considerando terminar con esas larguísimas detenciones antes del juicio. Pero los que están encerrados creen que siempre llevarán la peor parte.
"Si yo tuviese dinero, no me habrían metido aquí", aseguró Guzmán. (Los periodistas de AP Peter Muello en Río de Janeiro, Stan Lehman en Sao Paulo, Eduardo Gallardo en Santiago de Chile e Ian James en Caracas contribuyeron a este artículo).
Reacción del Procurador General de la República
Este lunes, el procurador general de la República Dominican, doctor Radhamés Jiménez Peña, recibió al juez de la Suprema Corte de Justicia de Argentina, señor Eugenio Raúl Zaffaroni, y desmintió que la mayoría de los presos dominicanos esté en condiciónde prevención.
El procurador Radhámes Jiménez y el juez Eugenio Raúl Zaffaroni.
Fuente ExternaSegún una declaración de la Procuraduría General, en el país hay en total 14 mil 300 presos, y no es cierto que la mayoría sean preventivos, como afirma el reportaje de la agencia Prensa Asociada.
El doctor Jiménez Peña defendió el proceso del nuevo modelo penitenciario, "lo que estamos haciendo es inédito, gracias a la buena voluntad del presidente de la República, Leonel Fernández Reyna, quien está conciente de que la reeducación es imprescindible para lograr una reinserción positiva del recluso a la sociedad”.
Destacó que de los 37 centros de reclusión que están diseminados en la geografía nacional, nueve están funcionando con el nuevo modelo penitenciario y cinco están en proceso de insertarse en ese sistema como los de Moca, San Francisco de Macorís, Higüey, Salcedo y San Pedro de Macorís.
En ese orden, dijo que se aprestan a involucrar en esa transformación al de Najayo-hombres en San Cristóbal.Informó que la Procuraduría General de la República ha invertido, desde el año 2005, unos RD$100 millones en la implantación del nuevo modelo penitenciario, con lo que se han rehabilitado y construido las infraestructuras físicas de los nueve Centros de Corrección y Rehabilitación, entre ellos, citó el de Monte Plata, Rafey-Mujeres y Rafey-Hombres en Santiago, San Felipe de Puerto Plata, Mao, Dajabón, Elías Piña, Najayo-Mujeres en San Cristóbal, y Haras Nacionales en Santo Domingo.
Zaffaroni se encuentra en el país para participar, como orador, en el seminario “Reforma Penitenciaria en Latinoamérica y El Caribe” que realizará la Procuraduría General de la República los días 20, 21 y 22 del mes en curso, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PND), el Patronato Nacional Penitenciario y la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado.
Habla el juez de la SCJ de Argentina
De su lado, el señor Zaffaroni aclaró que en todos los países de la región latinoamericana no existe menos del 50% de presos preventivos.
“El problema endémico más grave en toda la región en el sistema penal es el preso sin condena, no estamos aplicando las penas del Código Penal, estamos aplicando la prisión por la duda, esa es la realidad penitenciaria de todos nuestros países”.
Sostuvo que la solución a esta problemática es cómo coordinar los distintos segmentos del sistema penal, de manera que puedan trabajar ordenadamente, “porque cada uno funcionaba por su cuenta como una orquesta sin directores.
Durante la visita estuvieron presentes el comisionado de Apoyo a la Reforma y Modernización del Estado, doctor Alejandro Moscoso Segarra, y el director de la Escuela Nacional Penitenciaria, licenciado Roberto Santana.
Fuente/ClaveDigital